Wednesday, January 28, 2009

Certezas empíricas

Alexandra Saum Pascual, Madrid 1985, estaba leyendo un libro que había tomado prestado de la biblioteca esa misma mañana cuando, sin previo aviso, se encontró con tres caracteres chinos bajo la palabra "entraña". Tal descubrimiento le hizo preguntarse qué tipo de persona habría leído a Octavio Paz antes que ella. Qué tipo de persona habría sentido la necesidad de buscar, quizás, la palabra "entraña" en su diccionario de chino. O habría sentido el gatillo del bolígrafo dispararse tras leer "la abertura de nuestro ser entraña una dimensión de toda nuestra hombría" e, inevitablemente, había escrito aquello que esos tres caracteres significaban.

Mientras su mente cavilaba sobre las ilimitadas posibilidades de leer a Octavio Paz en chino, Alexandra tomó un sorbo de su café. Había ido a una cafetería a matar un poco el tiempo entre clase y clase y descubrió que el líquido que bebía estaba aún más caliente que cuando se lo sirvieron. Tamaña revelación le hizo preguntarse si las leyes de la física estarían invirtiéndose hoy para ella. ¿Qué pasaría si las hipótesis y certezas empíricas que gobiernan nuestra vida hubieran sido invertidas por un día? El café se calentaría cada vez más en vez de enfriarse, siendo imposible beberlo sin quemarse la punta de la lengua y seríamos, quizás, un día más jóvenes al acostarnos.

Alexandra pensó que no habría ninguna diferencia entre ir hacia adelante o hacia atrás, mientras sólo fuera por un día. Quién sabe, quizás estos tres caracteres en chino fueran una consecuencia alucinógena del café que se calentaba mágicamente o puede que siempre hubieran sido parte del laberinto de Paz. O quizás, un hombre en Lanzhou esté leyendo ahora esto mismo que Alexandra pensaba mientras creía leer un artículo digital, justo después de quemarse la lengua con su té de la mañana.

Newark 2009
A.