con vestidos fucsia, pero holgaditos, para que no se note
que realmente
están gordas.
El homeless se pasea entre las mesas, hay
una señora con medias muy tupidas, negras.
Y Regina
Spektor.
Un colega me dijo que una vez reconoció a una
española
por las medias negras.
Hay una pareja medio awkward, como de OK Cupid, y un par de farsantes
fingiendo estudiar.
El homeless cuenta monedas y se pone a la cola.
Se necesitan 30 monedas para un Tall Latte. Pero
seamos honestas:
No sé cuántas
tiene.
Ruedan por el suelo entre migas de bagels.
Estoy harta de leer poemas sobre la inmigración y el exilio interior.
Al fin y al cabo, esto no es más que un Starbucks.
Se ha pedido un americano y hay una adolescente sin sujetador a la que
se le trasparentan los pezones.
A