Y retrocedió un segundo cuando vinieron los pelícanos. Eran cuatro y volaban en formación. Pájaros extraños de pico largo perfume de gardenias tiene tu boca y cuerpo corto tu cuerpo es una copia de venus de cibeles que envidian las mujeres, él se rió, y alargó el brazo para traerla hacia sí, sin tocarla. Y tu voz no me toca.
Caminamos por la playa, yo pensaba en ti y en tu imposibilidad para la rima subcutánea, que tengo miedo a perderte, perderte después.
Tarde de cangrejos y salsa tártara, bárbara. Fueron al consulado, requisaron su pasaporte, ahora no puede salir del país, zacarías. Cómo/como no la saques tú.
Y el tráfico horrible, melaza de coches de grises, perezosa como un imán precipitándose al vacío gravitatorio del túnel de cobre que es eléi. Miel metálica como si fuera esta noche la última vez.
ini-ri jin-ro, kua'a kiti nchaka-ro
Dos días habían pasado desde aquellos rubios besos del pasado, pactados, compactos, aire compacto, compact disc. Ella siempre te mandaba mil.
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