Sunday, March 25, 2012

(-80)

Cuando acabo de cortarme las uñas o lavarme la cabeza, o simplemente ahora que, mientras escribo, oigo un gorgoteo en mi estómago,
me vuelve la sensación de que mi cuerpo se ha quedado atrás de mí (no reincido en dualismos pero distingo entre yo y mis uñas)
y que el cuerpo empieza a andarnos mal, que nos falta o nos sobra (depende).
De otro modo: nos mereceríamos ya una máquina mejor.
El psicoanálisis muestra cómo la contemplación del cuerpo crea complejos tempranos. (Y Sartre, que en el hecho de que la mujer esté "agujereada" ve implicaciones existenciales que comprometen toda su vida. vaya mamarracho verdaderamente era un mamarracho este tipo) Duele pensar que vamos delante de este cuerpo, pero que la delantera es ya error y rémora era una rémora y probable inutilidad, porque estas uñas, este ombligo,
quiero decir otra cosa, casi inasible: que el "alma" (mi yo-no-uñas qué bonito esto) es el alma de un cuerpo que no existe. El alma empujó quizá al hombre en su evolución corporal, pero está cansada de tironear y sigue sola adelante. igualito que el caballo de la concupiscencia del que le gustaba hablarme a salvador Apenas da dos pasos
se rompe el alma ay porque su verdadero cuerpo no existe y la deja caer plaf.
La pobre se vuelve a casa, etc., pero esto no es lo que yo En fin. pero sí es lo que yo le contaba a zacarías cuando él me aseveraba que cuerpo y mente eran lo mismo y yo le explicaba desde el suelo de la alcoba que perder los brazos y piernas intermitentemente de vez en cuando una tarde no es más que sentir un tironcito del alma que sube

Ca