Un hombrecillo (1)
toca a mi puerta esta mañana
con una mascarilla (2)
amarilla (3)
Sus nudillos (4)
contra la madera color
uva pasa.
Pasa, a mi casa mientras
tamborilea contra
un cubo de plástico. (5)
Su verde mano,
plástico guante, viene
a limpiar el moho que ha crecido en mi
bañera criptógama.
"I come for you"
balbucea con cohibido acento
foráneo. Yo también soy
de fuera.
"I'll be right back, I need to
take care of my laundry" y señalo y afirmo con la cabeza.
Se mete en mi baño
con su máscara de gas
y sus sprays tóxicos,
el hombrecillo extraño.
Y unos suspiros de walkie-talkie le siguen.
"You put fan on?" "fan" "fan"
señala, señala, suspira, inspira. Exhala.
"I'm not a fan of fans but I don't think that one works very well"
(6)
"I take look at it"
Sus ojos rasgados
o me odian o desconfían del buen uso que yo le doy
a mi ventilador, o sonríen. A saber. Será lo mismo.
Sólo veo la mascarilla
amarilla y el olor
del mata-moho.
Cubre con pintura blanca el sol.
Pintor del moho.
Now he's gone and I'm feeling a little
dizzy. High on anti-mold.
A
*Notas
(1) me gusta el sufijo -illo. Me suena a Antonio López. A sol de membrillo
(2) -illa
(3) íbid
(4) Nudos. Intro. Y conclusión. La película "El sol del membrillo" (Quince Tree of the Sun (1992) fue dirigida por Víctor Erice) Se ven manos y nudillos, sol y membrillos.
(5) leí en no sé qué entrevista que al escritor Agustín Fernández Mallo le gustaba mucho el plástico, que le daba buen rollo y que, sin embargo, desconfiaba de la madera. No sé cuánto de esto es verdad y cuánto me lo he inventado yo misma. Y como no recuerdo dónde lo leí, tampoco puedo ir citándolo en ensayos ni nada por el estilo. Pero qué maravilla, desconfiar de la madera. A mí me encanta, aunque enmohezca.
(6) (he ignores my clever pun)